Aquel dia que sali a tomar el aire. Autor: Abel Perez

Nochevieja del 99, Bulgaria.

La inquietud. El cansancio. La rutina. El tener que aguantar a unos padres que se repetian más que la cebolla.
El agobio del entorno , también en mi mismo…
Todo eso y más, me hicieron coger un tren 11 dias antes en Alicante ,para no saber si volveria. Y no era la primera vez.
Dispuesto a descubrir América yo solito, me embarqué en una de las mayores aventuras que siempre habia deseado;
no importaba el riesgo, de hecho sabia que lo podia pasar mal, pero aun asi, atravesé Francia e Italia por el Meditárreneo, Eslovenia, Croacia y Yugoslavia; alli estaban en guerra y no me dejaron pasar, con lo que tuve que volver a Venecia y de alli coger el expreso nocturno con trayecto Budapest, Bucarest y Sofia.
En Eslovenia y Hungria, al salir de Italia, ya pude comprobar que no me encontraba en la Unión Europea.
El trato algo rudo de la gente, un ambiente muy diferente al acostumbrado y el frio, -15 bajo cero en la calle y con nieve hasta las rodillas- me hacian preguntarme: -¿Qué demonios hago yo aqui?
Y me respondi que «por amor».
Solemos poner esa palabra como finalidad a muchos de nuestros sueños y múltiples ideales y propósitos,
cuando la realidad es que muchos de nosotros no entendemos ni encontraremos su significado jamas.
Porque habia conocido a una chica alucinante de la que me enamoré en la granja de las frambuesas ese mismo verano,
y como era de Bulgaria, pues claro, me empeñé en hacer el trayecto en tren tranquilamente,
como si te haces un Alicante-Valencia en hora y media.
Era Navidad, yo siempre habia odiado esas fechas, pero aquello de comer chorizo y turrón con unos desconocidos en un tren me gustaba, ya era algo diferente.
En Rumania fue donde me di con un canto en los dientes, me robaron el dinero, y estuve a punto de morir en la misma frontera con Bulgaria, ya no se si de frio o de incomprensión y estupidez total.
Uno, que a veces va de sociable y solidario por el mundo, te sirve para darte cuenta que tratar con taxistas falsos o viejos homosexuales con pintas de loco, como si fueran colegas de toda la vida…Ehh… pues como que no.
Estaba entre frontera y frontera, la desesperación y el frio me podian.
Tenia que pagar 23 dólares por dejar el pais, una tasa que no te cuentan en las agencias de turismo y de la que no tenia ni idea!
Y como no me quedaban más que algunas pesetas en monedas sueltas…
La policia aduanera me retenia ahi, y no podia hacer nada.
A mi alrededor, chabolas de auténticos gitanos originales, con bigotes largamente formados y rostros amenazantes… se pueden imaginar.
Me sentia como un pequeño cervatillo que estaba esperando su hora entre una manada de hambrientos lobos…
Una tarjeta de teléfono que compré en la estación, de casualidad, para mi colección de extraños souvenirs, me salvó de lo peor; porque pude llamar al otro lado, a tan solo unos pocos metros de alambrado y prohibiciones, a Bulgaria, y asi vinieron a rescatarme mis buenos amigos búlgaros.
-Siempre estaré en deuda con ellos-
Me rescataron, me dieron calor, cobijo y apoyo moral; y asi pude reunirme con mi amada (después de coger un par de trenes más) en Bourgas, una bonita ciudad al este del pais, en pleno Mar Muerto, similar a Alicante en verano por sus playas y su turismo y suponia mi fin de trayecto. Por lo menos de ida.
Estábamos en casa de la abuela de Meggie, celebrando una original fiesta con gorros y antifaces, yo sostenia un vodka pensativo…
Todo eso me pasaba por la cabeza en un lapsus de digestión de acontecimientos; faltaban unos minutos para el año 2000, yo ya empezaba a confiar que el mundo seguiria,
que no se acabaria como predijeron algunos, y ahi estaba, una de tantas: rodeado de gente maravillosa,
locos y extraños, algunos que me hablaban en su idioma, tratándonos de entender con humildad y humor;
yo intentaba aprender y asentia con la cabeza, reian y me decian que alli, moviendo la cabeza, si es no, y no es si;
y lo veia muy bien, por qué no?
El que va al revés del mundo ha de ser el loco por minoria?
La entrada al nuevo milenio se produjo sin extraterrestres, meteoritos, ni nada por el estilo; y aunque me desilusioné un poco (ya saben, por lo de la novedad y lo nunca visto), me alegré muy en el fondo de seguir vivo y con futuras ilusiones y energia.
Nos quedamos en la cama e hicimos el amor.
Una y otra vez, y otra… y alguna más.
Pasamos unos dias muy bonitos en su ciudad, en compañia de su familia y sus mejores amistades, algunas de las cuales las conoci también en los campos de frambuesas, como Petia y Marina, my dear alien sister.
Visitamos Sofia y el piso de estudiante de Keti, su mejor amiga que hablaba portugués y entendia un poquito español.
Vaya dos chavalas; mira que el sueño de todo hombre suele ser el hacerlo con dos mujeres… pues ellas eran las idóneas! De hecho lo sugerí pero entre risas desecharon la propuesta,
porque Keti no queria hacerlo con su amiga, y Meggie me queria sólo para ella… una pena! (En fin, habrá que seguirlo intentándolo en el futuro, no?:)
Los padres de Meggie y su hermano Vesselin eran adorables; con ellos me senti en familia, aprendí lo que era internet y mandé mi primer e-mail, estuvieron muy atentos y comprensivos conmigo en todo momento,
incluso me dieron dinero de su bolsillo para que pudiera volver a casa.
Mi billete de inter-rail expiraba pronto, y yo me impacientaba por la vuelta y sus posibles e imprevisibles contratiempos, sobre todo por como me fue en la ida..
¿Es un defecto el tener la cabeza en el siguiente paso a dar?
Porque yo a veces hasta me olvido del presente y su entorno, y eso no es muy bueno para la gente que puedas tener alrededor.
Me oprimia un poco la relación, pese a lo esporádico y extraño de la misma y asi se lo dije.
Jamás habia disfrutado y gozado tanto del arte de hacer el amor con nadie hasta la fecha;lo malo es que en ocasiones ella no sabia o no podia parar, y eso la convertia irremediablemente en una ninfómana!
(También puede llegar a cansar, opino, que si no siempre le apetece a uno).
Despedida entre lágrimas, ternura, y una gran impresión que me llevaba del pueblo búlgaro; recuerdos imborrables que se convertian en leyenda, en el mismo instante en que partia el expreso hacia Venecia…
Elegi otra ruta para hacerlo diferente y hacer más fotos (aún me quedaron ganas, si), y cuando iba a abandonar Hungria para entrar en Austria,
y por lo tanto la Unión Europea… la policia me bajaba del tren, me llevaba a un cuartucho y me decia que mi pasaporte no estaba en regla.
-That´s not possible! (Dije yo en inglés muy cabreado de la ostia).
Me dijeron que la firma del mismo era dudosa, que, comparándola con la del resto de documentos que llevaba encima (DNI,permiso de conducir, tarjeta de crédito sin fondos),
era diferente y algo borrosa, y no se fiaban de mi nacionalidad ni de mis intenciones alli.
Aquello me fue directo al corazón, pero mantuve la sangre fria y decidi esperar, para ver si lo que querian era intentar sobornarme, y si veian que no llevaba pasta igual me dejaban marchar.
Me hicieron quitarme la ropa, y me dejaron en calzoncillos.
Los muy cabrones inspeccionaban uno a uno los componentes de mi maleta y mi cartera, incluso se paraban a ver las fotos y sonreian! Hay que joderse.
Ahi comprendi que me estaban poniendo nervioso, para hacerme perder la serenidad y pagarles lo que fuera o pudiera en ese mismo instante.
Pero llevaba lo justo, y gracias a la familia de Meggie, para comer, pagar las literas de los trenes, y llegar sano y salvo a casa.
Finalmente, y pese a mis inútiles súplicas, me dijeron que debia ir a la embajada española en Bucarest, y solucionar el tema de mi pasaporte.
Cuando oi aquella palabra casi me da un vuelco el corazón, la ciudad de mis recientes pesadillas, pero era verdad, tenia que volver y pensar rápido;
tenia unas cuantas horas para elucubrar inteligentemente, mi vida,la que yo controlaba y dirigia en ese momento, estaba en juego.
Para mi sorpresa, Bucarest no era la misma que aquel 25 de Diciembre; no habia tanto alboroto ni gitano malvado, y parecia una ciudad un poco más civilizada;
decidi taparme la cara y la cabeza por completo excepto los ojos; no mostrar ni un sólo rasgo de extranjero.
(Pese a las 2 maletas, la mochila, y todo el peso del equipaje: el padre de Meggie me regaló una ampliadora rusa de las antiguas en blanco y negro, menudo detallazo).
Fui rápida y automáticamente a una cabina telefónica, y como aún me quedaba crédito en esa misma tarjeta salvadora, llamé al número de la embajada que muy amablemente me facilitaron
las telefonistas búlgaras por orden de búsqueda incesable durante todas las Navidades de… mi padre!!
No lo cogieron, era un viernes por la tarde.
Me meti en el Mc Donald’s (otro gran amigo salvador), decidi pasar la noche alli con mil ojos abiertos, y entre otras cosas, empecé a escribir parte de esta historia..)
Los precios eran tan bajos, que por 6 Euros tenias para 3 hamburguesas, 2 de patatas, zumos, postres y café. Alli con la música, conversaciones fugaces con viajeros y paciencia, me relajé
(solo un poquito, claro); cerraron el restaurante y tuve que esperar 3 horas en la sala de espera, donde habia pobreza, miseria,y un policia abusando de su porra con prostitutas y mendigos;
fue una suerte que a mi no me tocara; tal seria mi rostro de odio, determinación y firmeza.
A las 7 de la mañana abrió Mc Donalds, me volvi a meter, para acto seguido telefonear a la embajada, con la santa esperanza de que me atendieran un sábado!
Asi fue. El señor D.Miguel Garcia (llevaba mucho sin oir ni hablar español), me dijo que fuera en seguida a verle; me explicó como regatear con los taxistas
(que ni se me ocurriera ir a pie), que lo que me habia sucedido era algo normal..
Y cuando llegué alli, estaba esperándome tranquilo y expectante.
Le conté mi historia, y hubo un largo momento de silencio.
Después me dijo: -Te voy a ayudar.
Alli estaba la foto del rey, y en ese momento le queria, queria a todos los españoles en el mundo, me sentia muy patriótico porque ese buen hombre me iba a ayudar!
Me explicó que para estos casos, la embajada española en el extranjero (en casi cualquier pais), tiene previsto y reservado un fondo de 100 dólares americanos (valor por aquel entonces de 15.000 ptas.),
entregados en el acto a la persona que realmente los necesitaba (y yo estaba muy necesitado, sobre todo por el último traspié y retraso en mi viaje), con una única condición,
la de devolver esa cantidad en un plazo inferior a 3 meses.
Yo le llamé Santo, Héroe, Salvador…
Me redactó un informe en el que se verificaba y aseguraba la veracidad de mi pasaporte, y aquello era un seguro de vida, más que un papel.
Mi madre, al otro lado del teléfono, le gritaba histérica al pobre hombre que me cogiera un avión, que me cogiera un avión inmediatamente! Pero los fondos no llegaban para tanto, y como yo mismo dije y me impuse,
queria terminar en tren, el viaje que habia empezado en tren.
Fuimos a almorzar algo, me puso al dia de las cosas de por alli, de la cantidad de timos de los que son víctima los extranjeros, y tras acompañarme a la estación en su coche, y dar una pequeña vuelta por la ciudad,
compró él mismo mi billete con destino a Viena, y me dio generosamente algo de dinero de su bolsillo, pese a decirle yo que no, que ya habia hecho más que suficiente…
Cuando llegué al punto fatídico de la frontera Hungria-Austria, se paró el tren.
Era de noche.
Subieron exactamente los mismos oficiales que me hicieron volver a Bucarest.
Me pidieron el pasaporte y les entregué el papel.
Hubieron caras serias y silencio.
Se fueron a consultar a un superior.
En ese momento yo les aseguro que recé (nunca lo habia hecho antes, excepto cuando era muy pequeño y me obligaban), y cuando volvieron, me dieron el papel, y me dijeron que todo estaba OK …
Fue uno de los mayores momentos de Liberación que jamás habia vivido!!!
Igualable al subir a lo alto de una cima tras una dura ascensión… similar a cuando te acusan de asesinato y tu no entiendes nada, y dudas hasta de la propia realidad hasta que se demuestra tu inocencia… Err… Perdón…Esto creo que es de otra historia…
Fue magnifico, simplemente porque era como tenia que ser.
Llegar a Westbanhoff en Viena, supuso contemplar una de las estaciones más seguras y limpias hasta la fecha; Mozart estaba cruzando un par de calles, y no iba a perderme esa gran ocasión de conocerle…
Asi que dejé el equipaje en consigna, cerré billete para Zurich un montón de horas después, y disfruté, más que de un dia por Viena, de la libertad y tranquilidad de poder pasear seguro por una gran ciudad de la Unión Europea.
Después un dia en Suiza que sabe a poco; un pais tan pequeño y con tanta belleza! Pero me dio tiempo a ver Ginebra, Friburgo y Laussane.
Lo mucho que me faltaba por descubrir alli aún, lo dejaba para otra ocasión y en circunstancias diferentes.
Ginebra-Cerbere, y Port-Bou-Barcelona; pisar suelo español fue todo un alivio, y ya en el euromed a Alicante, el punto de partida de esta accidentada travesia, reparé en que mi ropa olia fatal, y que la gente me miraba como si fuera un vagabundo…
De hecho lo era. Y hay mucha belleza en tal arte, tan sólo hay que escoger el punto de vista adecuado según circunstancia y lugar.
Al terminar ese último trayecto de ese último tren en Alicante, mi ciudad natal, pude respirar tranquilo, y en paz…
Besé el suelo y reflexioné.
Aun sabiendo que la rutina iba a estar esperándome, que todo seguiria igual; mis padres me estarian esperando y no con caras sonrientes, precisamente, sino solicitando respuestas y explicaciones…
¿Qué mas daba todo eso y lo que viniera después?
Estaba en España. Y Spain is different. Estaba a salvo finalmente.
Lo peor ya habia pasado, y pese al susto y las canas que me salieron (se me fueron a los dos o tres meses a base de mucha meditación y positividad por mi parte, por extraño que pueda sonar)
Siempre se nos brinda una nueva oportunidad de replantearnos las cosas, y lo único que tenemos que hacer es saber observar, y aceptar que nos equivocamos continuamente.
Una y otra vez, aquí y alla… Hasta que algun dia, sin saber ni como ni porqué, alcancemos esa dificil madurez emocional, esa paz interior y de conciencia, y el saber de nuestro objetivo y nuestro tiempo aquí y ahora en este mundo.
Pero hasta entonces… Hay que seguir buscando, probando y aventurandonos en diferentes caminos que nos lleven a descubrir nuestro destino y sentido en la vida.
¿O ustedes no lo harian?
Han pasado 9 años desde aquel viaje, y todavia sigo pensando igual en muchos aspectos acerca de la busqueda de la Felicidad…
Un abrazo y gracias por leer mi historia!

Abel Perez

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